La nueva serie se estrenará al mediodía justamente antes de la comida y en prime time en El Diez.
'Esta es la historia de la Pepi, una pueblerina donde las haya. Pepi llega a Barcelona desde un pueblo del interior de Andalucía. Es la primera vez que sale de aquél pueblo de 33 habitantes contados y ahora ya 32 ya que una de las 'tantas' ancianas que habitan ese lugar acaba de morir. Es la primera vez que ve la playa desde el autobús, que ve edificios altos y la joven no sabe cómo será su vida en esa jungla de cemento. Pepi sólo cuenta con un papel en la mano y una dirección, su maleta y su gran desparpajo pueblerino. Su paso por la estación del Norte e incluso por las calles no pasan desapercidos para nadie. Es una auténtica cateta! Pero la Pepi, como todo el mundo tiene una historia... En aquél lugar hastío también pasaron cosas. Su historia fue la de tanta pueblerina. Pasó hace 11 anos: Conoció en las fiestas del pueblo a un chico, otro pueblerino, del pueblo de al lado, de profesión pastor, de nombre Raúl y los dos comenzaron una relación ante los malos ojos de los padres de la Pepi ya que se comentaba que el chico en cuestión era morgado, vaya que no se sabía nada del padre y eso ocasionaba la ira de los padres de la Pepi, que de puertas para afuera eran un matrimonio ejemplar pero en las de dentro siempre dejaron mucho que desear. Los hermanos de la Pepi, 5 en total, todos se cogieron el pendingue a la primera ocasión, menos Joselito, el menor que se quedó en el pueblo pintando vacas. Los demás que si dos para Madrid, otra para Barcelona y otra para Alemania y las visitas escasearon. La Pepi sonó que ella un día se iría a una de esas ciudades, estaba hasta el pepe de ese pueblo, de que todos la llamaran 'la rebelde' por haber escalabrado a más de diez incluyendo al cura. Siempre pensó que conocería al amor de su vida en el extranjero, o en Madrid o Barcelona o aunque fuera en Sevilla. Pero la llegada de Raúl a su vida cambió las turnas y de repente vio un futuro en ese pueblo o en otro de los alrededores, con hijos y casada con Raúl, de ama de casa... como fuera pero con él: estaba enamorada hasta la médula que hasta enfrentando a sus padres huyó con el tal Raúl, y formaron su nidito de amor. La felicidad duró unos pocos meses porque al poco una noche la Pepi esperó con la cena puesta y Raúl no llegaba, esperó otra noche y tampoco llegó, y otra y otra más... las ovejas aparecieron por ahí pastando a sus anchas pero ni rastro de Raúl. Así con el rabo entre las piernas la Pepi tuvo que volver a casa de sus padres a donde juró no volver jamás. Y allí en el pueblo tuvo que enfrentarse a los rumores de que su Raúl la había abandonado, pero para ella su Raúl murió. Se había hecho las mil ideas, una vaca se lo engulló, se cayó por un terraplén, se perdió por las tierras, le picó una serpiente, le cayó una oliva en la cabeza y lo mató... fuere como fuere nunca apareció...lloró lágrimas de sangre, se enfrentó a todos los rumores y decidió que se iba a Barcelona a casa de su hermana a empezar de cero. Pero los planes se le frustraron al descubrir que estaba embarazada y así no le quedó de otra que quedarse en el pueblo y nació su hijo, y creció y fue entonces cuando pensando en darle un futuro mejor a su hijo y harta de ser una mantenida a sus 30 anos la Pepi decidió irse a Barcelona ante la primera oportunidad que se le presentó, que fue que la hermana se casaba y dejaba el puesto de ninera vacante y recomendó a la Pepi. Y ahí llega la Pepi a la gran ciudad con los datos de la casa apuntados en un papel y su sorpresa es mayúscula cuando descubre que el marido de su senora y el padre de las dos gemelas que va a cuidar no es otro que su Raúl, aquel publerino al que creía muerto, con el que sonó día y noche y ahora allí está 12 anos después convertido en todo un senor de empresa...
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