Érase una vez un rescate... Como si de una película de terror se tratase la sombra del rescate ha estado merodeando las moradas de varios países, que no al azar han sido seleccionados para caer. Primero fue Grecia, según muchos, la madre de todos los males; le seguiría Irlanda y Portugal y desde entonces el panorama de vamos al rescate estaba de lo más aburrido. Especulación tras especulación empezaron a hacerse pública y las víctimas más vulnerables se pusieron en el ojo de mira: España e Italia, Italia y España. Una guerra de dos países a ver quién resistiría más tiempo esta guerra con un vencedor anunciado (entiéndase Alemania). El curso de los acontecimientos han llevado al país ibérico, bajo un gobierno prácticamente inexistente, a pedir el rescate. La palabra rescate no ha sido pronunciada por el Presidente actual del gobierno (o por sus hombres, ya que el Presidente en cuestión no ha hecho aparición, todavía...), lo tildan de ayuda a la banca española y aseguran que las condiciones son muy diferentes a las establecidas para los otros países rescatados pero la paradoja sigue siendo la de siempre, ¿Quién puede creer aun gobierno que ha negado un rescate anunciado hasta el último segundo? ¿Un Presidente desaparecido que ni siquiera se ha pronunciado al respeto? Un gobierno que tenía la solución a todos nuestros males y el cual en pocos meses crearía puestos de trabajo.... Pero no pasa nada, mañana jugará España y quizás gane, volveremos a ver los toros en TVE, tendremos tiempo de echar una siesta en los veranos agobiantes de la Península, podremos irnos al pueblo, tomarnos una(s) cerveza(s) en el bar, ir a la feria o las fiestas del pueblo/ barrio, al fin y al cabo todo sigues igual y somos felices... ¿Y volveremos a votar a estos impresentables? Y nada, y ¡Viva España!
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